Liga Deportiva Alajuelense volvió a estrellarse contra su propia historia en la Gran Final del Torneo Clausura 2025. Después de empatar sin goles en la ida en el Estadio Nacional, los dirigidos por Óscar “Machillo” Ramírez no pudieron revertir la historia en el Carlos Alvarado, donde Herediano se impuso 1-0 y selló el bicampeonato.

Así, los florenses llegaron a los 31 títulos y le arrebataron oficialmente el segundo lugar histórico a Alajuelense, que continúa anclado en 30, muy lejos del líder absoluto: Deportivo Saprissa, con 40.

El golpe fue brutal para los manudos, que ya arrastraban la peor sequía de títulos nacionales en su historia reciente: desde 2020 no levantan la copa. Sin embargo, el mazazo no terminó ahí.

Fedefútbol golpea a Alajuelense con un castigo insólito

Días después de la dolorosa derrota, Fedefútbol confirmó un castigo que termina por cerrar una semana negra para la institución. Según dio a conocer el ente rector del fútbol tico por decisión del Tribunal Disciplinario, Alajuelense fue sancionado económicamente por dos motivos vinculados a la ceremonia de premiación, en la que volvió a recibir —por tercer torneo consecutivo— el incómodo trofeo de subcampeón.

La multa total asciende a 762,500 colones. El primer monto, de ₡500,000, se debe a que “algunos miembros del cuerpo técnico, junta directiva, jugadores fuera de lista o invitados se rehusaron a retirarse de las zonas adyacentes al terreno de juego cuando así lo solicitó el comisario del partido o la administración de UNAFUT”.

Fedefúbol anuncia una sanción insólita (Fedefútbol).

El segundo cargo, de ₡262,500, responde a un detalle aún más insólito: el delantero Jonathan Moya participó de la premiación sin portar la indumentaria reglamentaria.

Alajuelense multado, sin título y sin estadio

Además, el club deberá comenzar el Torneo Apertura 2025 sin poder utilizar el estadio Alejandro Morera Soto, que sigue cumpliendo con un veto que arrastra desde el Clausura.

Así, Alajuelense no podrá disputar sus primeros cuatro partidos como local en La Catedral, complicando aún más su arranque en un torneo donde la presión de la afición alcanzará niveles máximos.