El jugador de Olimpia, una de las grandes joyas de Centroamérica, se perfila para convertirse en uno de los nuevos futbolistas de exportación.

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Michaell Chirinos dejó de ser una promesa para convertirse en una pieza clave de Olimpia. Sus regates y velocidad lo están llevando a la gloria y le abren una puerta al extranjero. “Uno como futbolista siempre aspira a salir al extranjero. Yo solamente quiero una oportunidad, pero en un club grande, para demostrar de lo que somos capaces los hondureños”, declaró el jugador.

Además, el catracho siente el fútbol con mucho amor e intensidad: “Yo disfruto día a día cada entreno, cada partido y tengo la confianza de los mayores, eso me motiva para dar lo mejor de mí”.

El jugador vive un gran presente a sus 22 años: “Yo lo asimilo con mucha tranquilidad, sé que al momento que yo voy de titular y ellos en la banca (Roger Rojas, Carlo Costly o Javier Estupiñán), siento el apoyo de ellos y del profe que es lo más importante, eso me ha ayudado a demostrarme de lo que soy capaz”.

En el último encuentro ante Juticalpa, Chirinos marcó dos goles. Con su rendimiento se perfila como la próxima joya que los merengues podrían exportar al extranjero.