El técnico de la Selección de El Salvador, David Dóniga, vivió una experiencia desafortunada en el estadio Óscar Quiteño de Santa Ana durante la semifinal de ida entre CD FAS y Alianza FC. Lo que debía ser una observación profesional de uno de los partidos más importantes del torneo, se convirtió en una anécdota que dejó en evidencia las carencias de infraestructura y la falta de previsión en el fútbol salvadoreño.

La llegada del estratega español al estadio fue un tanto justa para la hora del partido. Esta situación le impidió encontrar un asiento adecuado desde donde observar el juego. Sin una ubicación reservada ni acceso a una zona digna, el técnico español tuvo que improvisar.

¿Dónde tuvo que ver el partido David Dóniga?

La única opción viable fue una de las cabinas de prensa en desuso, ubicadas en el Quiteño. Estas cabinas, que alguna vez albergaron a medios de comunicación, hoy están abandonadas y carecen de las mínimas comodidades necesarias para una observación adecuada.

Dóniga, demostrando su iniciativa, decidió treparse a lo que quedaba de una mesa en una de estas cabinas. De pie, sobre la estructura deteriorada, el entrenador se acomodó como pudo para observar la semifinal. Esta solución improvisada fue la única manera en la que pudo seguir el desarrollo del partido.

Así vio el partido David Dóniga en una cabina abandonada. (Foto: Cancha)

Así vio el partido David Dóniga en una cabina abandonada. (Foto: Cancha)

En otros países, la presencia del técnico de la selección nacional en un partido importante garantizaría un lugar privilegiado y cómodo. Sin embargo, en esta ocasión, Dóniga no tuvo un lugar digno desde el cual observar un encuentro tan crucial. La imagen del entrenador subido en una mesa en una cabina en ruinas es un reflejo de las condiciones y la organización que aún deben mejorar en el fútbol salvadoreño.

Dóniga no pudo ni terminar de ver el partido

David Dóniga tuvo que retirarse poco después de que CD FAS lograra el empate en el minuto 78. La experiencia, aunque singular, añade otra anécdota a su paso por el fútbol salvadoreño, una que sin duda recordará por mucho tiempo. Esta situación pone en evidencia la necesidad de mejorar las instalaciones y la logística para recibir a figuras importantes del deporte.

Este episodio generó mucha molestia en las redes sociales, sobre todo para los salvadoreños. Muy pocos estadios están a la altura no solo del fútbol genera, sino directamente de la región. El Salvador deberá invertir mucho para cambiar este presente, que se refleja después en el flojo nivel de la selección y los equipos.