Alajuelense ha dado un golpe sobre la mesa con la llegada de Jaime Pascual, un experimentado director deportivo proveniente de Cataluña, que se suma al equipo para liderar la Liga Menor. Esta incorporación es parte de la estrategia del club para consolidarse como el principal semillero de talento en Costa Rica, y quizás, en toda la región.

El catalán, con una vasta experiencia en la formación de jugadores en uno de los epicentros del fútbol mundial, promete elevar el nivel de las categorías menores de la conjunto manudo, siguiendo la línea de los clubes más exitosos de Europa. Tiene un gran historial de trabajo en un equipo muy formador.

¿Dónde trabajo anteriormente Jaime Pascual?

Jaime Pascual no es un desconocido en el mundo del fútbol. Con más de 20 años en el club Sant Cugat, en Cataluña, ha trabajado en todos los niveles de desarrollo, desde jugador hasta director deportivo. Bajo su liderazgo, compitió de tú a tú con gigantes como el Barcelona, Espanyol y Girona, destacándose en una región donde el fútbol se vive con una intensidad incomparable.

Al asumir su nuevo rol como Director de Liga Menor en Alajuelense, el catalán se enfrenta a un desafío emocionante, pero también cargado de responsabilidad. El técnico expresó su entusiasmo por la oportunidad, destacando la estructura sólida que ya existe en el club, pero también subrayando su compromiso de aportar su propia visión y metodología.

La estructura que encontró Pascual en Alajuelense tiene una fuerte influencia catalana, algo que no sorprende dado que varios de los anteriores directores de liga menor del club también provienen de esa escuela. Esta conexión garantiza una continuidad en la metodología de formación, pero él no se conforma con eso. Cree que siempre hay margen para mejorar, y una de sus prioridades será seguir captando talento a través de visorias exhaustivas en todo el país.

Uno de los aspectos más interesantes que Pascual trae a la mesa es su perspectiva sobre las probabilidades de que un jugador llegue a consolidarse en Primera División. En su experiencia en España, solo uno de cada mil jugadores alcanza este nivel, una realidad que refleja la extrema competencia en ese país.