Jefferson Brenes se prepara para volver a las canchas. El volante de 27 años está en la etapa final de rehabilitación tras una compleja lesión de rodilla sufrida en diciembre de 2024 y ya cuenta los días para volver a ponerse la camiseta de Deportivo Saprissa.

Pero detrás del futbolista que hoy brilla en la Liga Promerica, hay una historia de vida tan dura como inspiradora. En una entrevista íntima con el programa A Fondo de FUTV, Brenes abrió su corazón y contó una verdad que no todos conocían: creció marcado por la ausencia de sus padres, el entorno de las drogas y la pobreza.

“Mi infancia fue complicada, pero le di la vuelta”

Criado en San Martín de Siquirres, provincia de Limón, Jefferson aprendió desde muy chico lo que era visitar a sus padres en prisión y ver a amigos hundirse en las drogas.

“No me avergüenza decirlo porque cada persona tiene lo suyo para salir adelante. Yo saqué a mi familia adelante, la saqué de las drogas”, afirmó con orgullo el internacional con la Selección de Costa Rica.

Jefferson Brenes nunca la tuvo fácil (Saprissa).

Esa determinación lo acompañó en cada momento de su carrera. “Si yo hubiera dado un paso para allá, hoy no estaría donde estoy sentado. Siempre me acuerdo de eso cuando salgo al terreno de juego“, reflexionó.

Brenes le puso el pecho a la situación y salió adelante contra todo pronóstico (Saprissa).

“Llegó un momento donde no tenía a mis padres, los tenía en la cárcel a los 12 años. Me fui a vivir con mi hermana, era un niño todavía”, relató con crudeza el volante morado. Fue allí donde algo cambió para siempre: “Ahí reflexioné un poco en que si yo agarraba los malos caminos no me iba a convenir.”

Hoy, Brenes no solo puede vivir de lo que más le gusta hacer, sino que además salvó a su familia y se convirtió en un ejemplo para los suyos: “Gracias a Dios hoy pude llegar a ser un jugador profesional y tener mis cosas, que nadie me las ha regalado. Me llena de orgullo saber que mi familia hoy en día está bien y lejos de todas esas cosas”.