La salida de José Giacone como entrenador de Deportivo Saprissa no ha calmado la tormenta que envuelve a Tibás. Si bien la directiva decidió dar un golpe de timón con la llegada de Paulo César Wanchope, los aficionados siguen exigiendo cambios.
Ahora, el principal apuntado por los morados es Sergio Gila, director deportivo del club, quien es visto como el principal responsable de la confección de una plantilla que está dejando más dudas que certezas.
La cruda verdad de una ilusión que se desmorona
Varios de los últimos refuerzos han decepcionado por bajo rendimiento o por sus constantes problemas físicos, y aunque a los tibaseños les sea difícil aceptarlo, Óscar Duarte parece haber entrado en esa lista.
Nadie pone en duda la calidad ni la jerarquía del zaguero de 35 años, pero su impacto en el equipo se ha visto opacado por las lesiones, las cuales lo han mantenido más tiempo fuera que dentro del campo.
¿El peor refuerzo? Duarte suma más ausencias que partidos jugados
Desde su regreso a Tibás en agosto de 2024, Duarte ha estado 21 partidos sin jugar por distintos motivos: 7 ausencias consecutivas -y contando- por un esguince de tobillo; 5 juegos de suspensión por sanción; 3 partidos fuera por molestias musculares; 3 encuentros sin jugar por falta de condición física tras su llegada; y 3 partidos sin sumar minutos por decisión técnica.
En contraste, el defensor de 35 años solo ha jugado 17 partidos con la camiseta morada, lo que significa que ha estado más tiempo fuera del campo que disponible.
Para colmo, la situación física del plantel no mejora. Paulo Wanchope asumirá el equipo con un plantel golpeado por las lesiones: Sabin Merino y Marvin Loría arrastran problemas musculares, Jefferson Brenes sigue fuera desde 2024 por una lesión meniscal y Abraham Madriz se encuentra en recuperación por una fractura en la mano.