El Deportivo Saprissa vivió un duro golpe este domingo al caer 2-0 ante Alajuelense en el clásico nacional disputado en el Estadio Alejandro Morera Soto. La derrota no solo significó perder el liderato del torneo, sino también dejó al descubierto un patrón que preocupa a la afición morada: el bajo rendimiento del capitán Mariano Torres en cancha ajena, especialmente cuando enfrenta al máximo rival.

El mediocampista argentino, símbolo del Monstruo en la última década, volvió a quedar en deuda en Alajuela. Después de unos grandes rendimientos, Mariano Torres recibió una dura sentencia por su nivel dentro del campo.

¿Cuál es el dato que expone a Mariano Torres?

Se trata de que nunca pudo anotarle a Alajuelense en el Estadio Morera Soto. A pesar de ser uno de los jugadores más determinantes en Tibás, sus números fuera del Ricardo Saprissa Aymá muestran una clara tendencia: cuando juega lejos de casa, su influencia y efectividad se reducen considerablemente.

Un repaso de sus estadísticas revela el problema con claridad. En el Alejandro Morera Soto, Mariano Torres solo ha marcado un gol, y no fue contra Alajuelense, sino ante Carmelita. En el resto de estadios del país, sus registros también son irregulares:

  • Carlos Ugalde Álvarez (San Carlos): 1 gol.
  • Carlos Alvarado (Santo Domingo): 1 gol.
  • Hito Pérez (Golfito): 1 gol.
  • Edgardo Baltodano Briceño (Liberia): 1 gol.
  • Allen Riggioni (Grecia): 1 gol.
  • Asociación Cívica Jicaraleña (Jicaral): 1 gol.
  • “Cuty” Monge (Desamparados): 3 goles.
  • Pérez Zeledón (Valle del General): 3 goles.
  • Fello Meza (Cartago): 3 goles.
  • Eval Rodríguez (Guápiles): 4 goles.
  • Collella Fonseca (Guadalupe): 5 goles.

Estos números confirman que Mariano Torres no logra ser igual de determinante fuera del Saprissa, y que su mayor debilidad radica en los partidos de visita, especialmente en clásicos o duelos de alta presión.

Durante el encuentro en el Morera Soto, el argentino fue controlado por la marca manuda y nunca pudo adueñarse del ritmo del partido. Su falta de protagonismo se tradujo en un Saprissa sin ideas y sin liderazgo, algo que terminó siendo clave para que la Liga impusiera condiciones de principio a fin.