Pocas personas en el planeta saben cuanto pesa la Copa del Mundo o, siendo estríctamente incisivos, el fervor de levantar con manos llenas de sudor, sangre y lágrimas ese trofeo tan codiciado.
Levantarla dos veces es algo reservado para un selecto grupo, de mayoría italo-brasileña por los bicampeonatos que ambas selecciones supieron consumar (1934-38 y 1958-62 respectivamente).
Uno de ellos, específicamente de la selección latina, llegó a jugar en suelo centroamericano . Es más, allí fue donde se retiró y comenzó su corta época de entrenador, hasta su prematura muerte debido a un accidente automovilistico.
Se trata de Zózimo. Ganador “lateral” en Suecia 1958, aunque protagonista en Chile 1962, empezando en todos los duelos de aquella cita como titular. Cinco equipos cariocas disfrutaron su juego, así como dos peruanos. Finalmente, el Águila de El Salvador fue su última casa.
Allí estuvo entre 1967 y 1969, año en que colgaría los botines para abrazar el saco de entrenador, rol que ocuparía también en la mencionada entidad cuscatleca, así como en otras tres instituciones sudamericanas.