Martínez enfatizó en que sí hubo acompañamiento policíal del bus de las Águilas Azules hacia el estadio nacional y responsabilizó a la barra del Olimpia, que era mayoría, del lanzamiento de piedras y botellas que terminó hiriendo a tres jugadores del equipo rival.

“Cuando se conducía el bus del Motagua para el estadio venía acordonado por algunas patrullas y la afición contraria comenzó a tirar piedras a la unidad hiriendo a varios jugadores”, declaró el comisionado.

Luego relató que los desmanes iniciaron cerca de las 7:30 de la noche cuando a través de redes sociales se informó que el clásico había quedado suspendido. “Los que no habían ingresado comenzaron con disturbios. Es cuando nuestros efectivos actuaron con el gas lacrimógeno para controlar la situación que también estaba afectando a la propiedad pública”, explicó sobre el uso, al parecer indiscriminado, de dicha arma.

El oficial indicó que la Policía ayudó a algunas personas que habían quedado lesionadas y defendió a su institución señalando que solo son los encargados de dar seguridad. “Pero hay otras instituciones que toman decisiones en cuanto a estos partidos. Lo que puedo decir es que debemos ser más finos en este tipo de partidos”, subraya.

Martínez, quien opina que para este partido no se debió haber permitido el ingreso de barras visitantes, dio a entender que lo más probable es que el Olimpia-Motagua que no se disputó este sábado se juegue a puerta cerrada.