Con la emoción de la victoria en el clásico a flor de piel, Keylor Navas se dirigió a la tribuna para despedirse y se quitó su camiseta para regalarla a alguien especial.

El portero se la entregó a una persona de la logística del estadio y luego este le consultó a quién se la iba a obsequiar. Pese a que muchos levantaron la mano, el elegido estaba allí no más: era un pequeño niño que se llevó un recuerdo inolvidable de esa noche.

La hinchada del PSG no pudo tener otra reacción sino aplaudir el gran gesto del costarricense:

Fue también un partido soñado para Keylor Navas, quien además de sacar su arco en cero colaboró con el cuarto gol que selló la goleada de su equipo.

El PSG es líder rotundo de la liga francesa con 27 puntos, ocho unidades más que su escolta, Nantes.