La Selección de Guatemala continúa afinando detalles para los decisivos duelos ante Panamá y Surinam, correspondientes al cierre de las Eliminatorias Mundialistas de la Concacaf rumbo al 2026. Este viernes, el combinado nacional entrenó en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), donde se vivió una jornada marcada por importantes incorporaciones al plantel dirigido por Luis Fernando Tena.

La gran novedad de la sesión vespertina fue la llegada de los delanteros Rubio Méndez Rubín y Arquimides Ordóñez, quienes se integraron al grupo tras sus compromisos con sus respectivos clubes. Ambos arribaron al país entre la noche del jueves y la mañana de este viernes, completando así el bloque ofensivo con el que el cuerpo técnico planea encarar los dos compromisos finales del proceso eliminatorio.

Con su incorporación, la bicolor ya cuenta con cinco legionarios trabajando a plenitud. A los dos atacantes se suman el defensor Aaron Herrera y los mediocampistas Matthew Evans y Olger Escobar, quienes ya habían estado presentes en las primeras sesiones de trabajo. Solo resta la llegada del guardameta Nicholas Hagen para que el plantel quede completo.

Guatemala a la espera de Nicholas Hagen

El portero del Columbus Crew será el último en integrarse a la concentración, ya que fue convocado por su club para disputar el clásico ante Cincinnati en los Playoffs de la MLS, encuentro clave para mantener vivas sus aspiraciones en la liga estadounidense. Una vez concluido dicho compromiso, Hagen viajará a Guatemala para ponerse a disposición del cuerpo técnico nacional.

El cambio de horario de las prácticas también fue uno de los ajustes realizados por el cuerpo técnico. Tras varios días de entrenamientos matutinos, la sesión de este viernes se efectuó por la tarde, con el objetivo de adaptarse mejor a las condiciones en las que se disputará el duelo ante Panamá el 13 de noviembre en Ciudad de Guatemala.

Con casi todo el grupo reunido y la ilusión intacta, Guatemala encara una semana clave en su lucha por mantenerse con vida en el camino hacia el Mundial del 2026. La competencia interna aumenta con la llegada de los legionarios, y el equipo busca llegar en su mejor momento futbolístico y anímico a los compromisos decisivos.