La situación deportiva de los Pumas de la UNAM atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años. El conjunto universitario, que vive una temporada llena de altibajos en el Torneo Apertura 2025 de la Liga MX, ahora enfrenta un nuevo golpe que amenaza con desestabilizar aún más al plantel.

Este viernes se confirmó que el volante galés Aaron Ramsey, una de las grandes figuras que llegaron junto a Keylor Navas en el último mercado de fichajes, decidió finiquitar su contrato y abandonar el club a menos de dos meses de su arribo a México.

La salida del ex Arsenal y Juventus no tiene relación con temas futbolísticos ni contractuales, sino con un hecho profundamente personal: la desaparición de su perra Halo, a la que había dejado bajo el cuidado de un refugio de animales.

Los Pumas desfilan por la cornisa

Mientras tanto, el equipo que Keylor capitanea y Efraín Juárez dirige desde el banquillo se encuentra en la cuerda floja. Con 15 puntos en 15 jornadas, los universitarios ocupan el puesto 13 de la tabla general y están obligados a ganar sus dos últimos compromisos, ante Tijuana y Cruz Azul, para mantener vivas sus aspiraciones de acceder al Play-In. Además, dependen de resultados favorables de sus rivales directos.

El Olímpico Universitario será una caldera (Getty Images).

A esta crisis futbolística se suma el hartazgo de la propia afición auriazul, que ya tendría tomada la decisión de manifestar su malestar durante el próximo encuentro ante Xolos de Tijuana en el Estadio Olímpico Universitario.

Decisión drástica y rebelión en las gradas

Las fuentes citadas aseguran que los fanáticos están “sumamente frustrados” con la situación del equipo y con los manejos de la directiva, y que su objetivo será “hacer ruido” para dejar en claro su descontento.

Así, el conjunto universitario deberá jugarse la vida ante Tijuana en un ambiente inesperadamente adverso, con sus propios seguidores exigiendo respuestas y una dirigencia cuestionada desde todos los frentes.