Reimond Salas es sinónimo de Santos de Guápiles. El extremo de 31 años, oriundo de la zona, comenzó su carrera futbolística en las divisiones menores del club y logró acumular un total de 248 partidos con el uniforme guapileño, anotando 44 goles y dando 11 asistencias.

Hoy en día, el atacante con pasado en Club Sport Herediano se enfrenta a una de las situaciones más difíciles de su carrera, derivada de la crisis administrativa que atraviesa el club.

Una sentencia que dejó a Reimond Salas a la deriva

En abril, el Comité de Licencias de la Fedefútbol revocó la licencia de participación de Santos de Guápiles para la primera división, tras descubrirse una serie de movimientos administrativos internos que no habían sido reportados al ente rector del fútbol nacional.

Santos de Guápiles sufrió un duro castigo por parte del Comité de Licencias (AD Santos).

Como consecuencia, el club quedó fuera del Torneo Apertura 2025, lo que dejó a varios integrantes del plantel sin actividad competitiva. Sin equipo, Salas se vio obligado a recurrir a opciones fuera del fútbol para sobrevivir, encontrando en Uber una fuente de ingresos para mantener a su familia.

“El panorama está muy complicado”

Reimond Salas detalló que llegó a acumular cuatro meses sin recibir salario, situación que lo llevó a tomar la difícil decisión de buscar un trabajo alternativo. “He tenido que trabajar en Uber, en vehículo. De momento de lunes a viernes me voy a Heredia y paso allá haciendo el trabajo por una semana”, comentó el futbolista.

A pesar del panorama, el futbolista de 31 años aún no pierde la esperanza de regresar al fútbol profesional. “Estuve viendo con Cariari (Liga de Ascenso), pero no se concretó. Se dio interés en equipos de Segunda, pero no se dio la oportunidad que me terminara de convencer”, explicó.

Reimond Salas no se rinde (AD Santos).

“Yo he pensado en esperarme un mercado más a ver qué oportunidad aparece. Siempre tuve la fe de que la situación de Santos mejorara, pero el panorama está muy complicado“, aseguró Salas. “En cuanto a la vida no me puedo quejar, porque la comida no nos falta“.

Reimon Salas no baja los brazos

A los 31 años todavía siento las ganas de jugar, sobre todo porque quiero que mi hijo de ocho meses me vea en un terreno de juego“, confesó. Para él, este es un factor fundamental que lo impulsa a seguir esperando una oportunidad.

“Ya mi hija me vio jugar, pero quiero que mi hijo menor de ocho meses me vea jugar. Yo mentalmente me siento bien, en buenas condiciones. Por eso no he querido irme a hacer algún otro trabajo esperando otra oportunidad, quiero dar tiempo en seis meses”, señaló.

Luego de haber dedicado su vida al fútbol en Guápiles, Salas no puede evitar sentirse triste al ver la situación actual del club y la provincia: “A mí me duele mucho la verdad, yo he hablado con personas de la zona, es muy difícil porque yo ya tuve la oportunidad de jugar bastante, pero hay niños de la zona de mucho talento que se pueden perder en el camino. La provincia es muy afectada por la delincuencia, entonces algo que los podía alejar de eso era el fútbol“, concluyó Salas, quien sigue esperando la oportunidad de regresar al fútbol profesional.