La Selección de Costa Rica afronta este jueves uno de los partidos más decisivos del proceso eliminatorio rumbo al Mundial de Norteamérica 2026. Enfrente estará Haití, un rival que ya demostró su poderío ofensivo en el empate 3-3 del pasado 9 de septiembre en el Estadio Nacional, un resultado que todavía deja un sabor amargo entre los costarricenses.
Aquel día, Costa Rica ganaba 2-0 al descanso y parecía tener el encuentro bajo control, pero el nombre de Duckens Nazon cambió el rumbo del partido. El delantero haitiano convirtió tres goles con una eficacia demoledora: tres remates, tres anotaciones. Desde entonces, su figura quedó grabada como una de las grandes amenazas para el equipo de Miguel Herrera.
Sin embargo, a pocas horas del nuevo enfrentamiento, que se jugará en Curazao a las 8 p. m., el panorama en Haití parece complicarse. Nazon, considerado la principal carta de gol del combinado caribeño, llega con un presente deportivo muy irregular en su club, el Esteghlal FC de la Iran Pro League.
¿Cuál es la mala noticia que tiene Haití con Nazon?
Desde la fecha FIFA de septiembre, el atacante de 31 años ha tenido poca participación. De los últimos siete partidos, en uno no fue convocado, en dos fue suplente y en los restantes apenas sumó 160 minutos de juego, con una sola asistencia y sin anotar goles. Un contraste notable con lo que fue antes de esa fecha, cuando era titular y figura de su equipo.
Esta falta de ritmo preocupa en el entorno haitiano, que depende mucho de su jerarquía ofensiva para mantener vivas sus opciones mundialistas. Haití llega tercera en el grupo con cinco puntos, uno menos que Costa Rica y tres por debajo de Honduras. Una derrota ante la Tricolor podría dejarlo prácticamente fuera de la pelea por la clasificación directa.
Nazon, quien tiene contrato con el Esteghlal FC hasta junio de 2028, ha tenido una carrera itinerante. Nacido en Francia, posee doble nacionalidad y ha jugado en equipos de Inglaterra, Bélgica, Escocia, Bulgaria, Turquía, India e Irán. Esa experiencia internacional lo convierte en un jugador temible, aunque hoy atraviesa uno de sus momentos más discretos.
La posible falta de ritmo del goleador genera un alivio en el entorno costarricense, que sabe bien del daño que puede causar. Sin embargo, Miguel Herrera y su cuerpo técnico no subestiman a Haití, un rival que combina potencia física, velocidad y talento en el último tercio del campo.
