La Selección de Costa Rica se juega la vida este jueves ante Haití en Curazao, en un partido que podría definir su destino rumbo al Mundial de Norteamérica 2026. Sin embargo, un dato poco mencionado comienza a preocupar al entorno del equipo nacional: hace casi una década que la Tricolor no logra vencer al conjunto haitiano.
¿Cuál es el dato que preocupa a todos en Costa Rica?
La última victoria costarricense sobre Haití fue en 2016, durante la fase previa a la antigua hexagonal final de Concacaf, cuando un gol de media distancia de Randall Azofeifa le dio el triunfo 0-1 al equipo dirigido entonces por Óscar Ramírez. Desde ese momento, la historia ha sido completamente distinta.
El recuerdo más reciente entre ambas selecciones es el empate 3-3 en San José, el pasado 9 de septiembre. Aquella noche, Costa Rica ganaba 2-0 antes del descanso, pero en el complemento sufrió una remontada que desató la preocupación general. Un gol agónico de Juan Pablo Vargas apenas rescató un punto, dejando en evidencia las fragilidades del equipo del “Piojo” Herrera.
Antes de ese encuentro, la Nations League 2019 también dejó marcados a los ticos. Dos empates consecutivos 1-1, con goles recibidos en los minutos finales, mostraron un patrón que se repite: Costa Rica sufre para cerrar los partidos ante los haitianos. Peor aún fue lo sucedido en la Copa Oro de ese mismo año, cuando Haití remontó y ganó 2-1, arrebatándole el liderato del grupo.
Mientras tanto, en la otra llave, Honduras visita a Nicaragua con la oportunidad de sellar su clasificación. El técnico del conjunto nicaragüense, Marco Antonio “Fantasma” Figueroa, aseguró que su equipo “buscará hacerle la maldad” a los catrachos, lo que añade un condimento extra a esta fecha decisiva.
Para Costa Rica, el panorama es simple pero desafiante: ganar o comenzar a pensar en el repechaje. Nueve años sin vencer a Haití pesan, y el dato que parecía anecdótico hoy se transforma en una advertencia que resuena en todo el país. Un nuevo tropiezo podría dejar a la Tricolor contra las cuerdas y con el sueño mundialista pendiendo de un hilo.
