El primer tiempo de la final de ida del Torneo Apertura 2025 fue todo lo contrario a lo que muchos imaginaban. Luego de un comienzo cerrado y especulativo, el duelo entre Deportivo Saprissa y Liga Deportiva Alajuelense terminó siendo electrizante, con emociones concentradas en pocos minutos y un Ricardo Saprissa repleto que pasó del estallido al silencio.

Durante gran parte de la primera mitad, el desarrollo fue espeso y con pocas situaciones claras, pero todo cambió en el tramo final. Al 47’, cuando el reloj marcaba ya tiempo adicionado, Orlando Sinclair rompió la paridad con un cabezazo perfecto, conectando un centro preciso y desatando la locura en La Cueva para el 1-0 morado.

Un golazo sacudió a Saprissa

La reacción manuda fue inmediata. Apenas tres minutos después, Kenyel Michel se inventó un golazo desde afuera del área para devolverle la igualdad al partido.

El extremo zurdo recibió el balón de Celso Borges a perfil cambiado y recostado sobre la banda, aceleró con un cambio de ritmo impredecible, dejó atrás a Joseph Mora y sacó un remate inatajable que se clavó en el ángulo derecho de Esteban Alvarado, firmando el 1-1 antes del descanso.

El error que silenció a La Cueva

Pero la historia no terminó ahí. Ya pisando los 55 minutos, el mediocampista Alejandro Bran, fiel a su estilo, probó desde larga distancia con un remate que no parecía llevar mayor peligro.

Sin embargo, la pelota picó en el área chica, tomó mal parado a Alvarado y, pese a que el arquero alcanzó a tocarla lanzándose hacia su palo derecho, terminó ingresando lentamente en el arco desde más de 25 metros.

Alajuelense desató una celebración enardecida, con los suplentes invadiendo el campo, mientras La Cueva quedó prácticamente enmudecida. Solo se escucharon los murmullos y reproches de los hinchas saprissistas hacia el arquero de 36 años, quien sufrió uno de los errores más groseros de su extensa carrera en el peor momento posible. En redes sociales, las críticas no tardaron en aparecer, señalando su enorme cuota de responsabilidad en el segundo gol manudo.

Washington Ortega también falló

Ya en el segundo tiempo, a los 65 minutos del partido, Fidel Escobar apareció para poner el 2-2 y devolverle la vida al Monstruo en un Ricardo Saprissa cargado de tensión. El defensor panameño sacó un remate desde afuera del área, potente, dirigido contra el palo izquierdo del arquero rojinegro.

El disparo no parecía imposible para Washington Ortega, que se arrojó y dio la sensación de que llegaba a despejar con su brazo izquierdo, pero la fuerza del remate lo terminó venciendo. La pelota se metió en el arco, desató el festejo de los morados y decretó el 2-2 definitivo en La Cueva.