En un arranque de temporada que no termina de convencer a los aficionados manudos, Creichel Pérez se ha convertido en la carta salvadora de Óscar “Machillo” Ramírez en Liga Deportiva Alajuelense.

El mediocampista ofensivo de 20 años ha marcado en los dos primeros compromisos de los manudos en el Torneo Apertura 2025, anotando los goles del triunfo ante Sporting FC (2-1) y Guadalupe FC (1-0). Además, fue clave en el 2-1 frente a Managua por la Copa Centroamericana, donde asistió a Kenyel Michel con una jugada brillante para asegurar el triunfo.

“Un círculo de violencia”: la niñez de Creichel Pérez

Detrás del jugador que hoy brilla en el Morera Soto se esconde una historia de dolor y resiliencia. Oriundo de Boulevard 3, una de las zonas más peligrosas de Puntarenas, Pérez creció en un entorno donde la pobreza y la violencia eran parte del día a día.

Mi mamá me dejó muy pequeño porque la metieron a la cárcel por intento de homicidio, entonces quien me crió fue mi abuela, pero nosotros vivíamos en un cuarto cinco personas. Todos dormíamos en la misma cama”, recordó el futbolista en 2024 durante una entrevista para La Nación.

Creichel Pérez está siendo la salvación de Alajuelene (LDA).

Para ayudar en casa, el pequeño Creichel salía a la calle a hacer mandados y así poder comprar pan y huevos para el desayuno familiar, en un entorno que estaba lejos de ser seguro: “Un tío mío entró al mundo de las drogas y el alcoholismo, y eso trajo un círculo de violencia con mi abuela, que terminó afectándonos a mi hermana y a mí. Un día decidimos irnos a vivir donde otra tía”, contó.

La figura paterna tampoco fue un refugio para el joven. “Mi papá nunca me quiso. Mi mamá me mandaba a verlo y él me dejaba en casa de una tía para seguir con su vida”, confesó.

Los ángeles de Creichel

Finalmente, Creichel volvió con su abuela, mientras su hermana se fue a vivir con otra familiar. Fue entonces cuando apareció su primer “ángel”: una mujer que lo adoptó como propio, le compró tacos y le consiguió una prueba en Carmelita.

En el club verdolaga llamó la atención de inmediato, al punto de que Édgar Artavia, presidente del equipo, le permitió viajar desde Puntarenas solo para jugar partidos. Sin embargo, a los 14 años le advirtió que debía mudarse a Alajuela para seguir progresando. Sin recursos, Creichel se las ingenió quedándose una semana en cada casa de familias que lo apoyaban.

Creichel Pérez dio sus primeros pasos como futbolista en Carmelita (AD Carmelita).

Desde los 15, Alajuelense lo empezó a tentar, pero él decidió quedarse en Carmelita por gratitud. Hasta que un día, sentado en el corredor de su casa en Puntarenas, vio una estrella fugaz y pidió un deseo: “Diosito, por favor, llévame a la Liga”.

Hoy, consolidado en el primer equipo manudo, Creichel ha tenido reencuentros con su pasado. “Mi papá quiso contactarme, pero le dije que lo honro, que lo perdono, pero que no se meta en mi camino. A mi mamá también la perdono, la amo y la respeto, pero si va a llegar a hacer locuras prefiero que se mantenga al margen. Ella todavía está en la cárcel, pero ya casi sale”, reveló el mediocampista.

Con una historia que podría haber terminado de la peor manera, Creichel Pérez eligió levantarse y luchar. Teniendo a su fe como refugio y fuente de energía, el puntarenense ha llegado a convertirse en una de las grandes figuras de Alajuelense.