La noche de este miércoles la liga queria una fiesta en su casa; y no era para menos, la afición rojinegra retornaba a las gradas después de 630 días de ausencia y los fichajes que han impactado al torneo local estarían por primera en contacto con sus seguidores. Encima, una victoria Alajuelense significaba firmar el segundo lugar de la clasificación sin depender de otros resultados u equipos.

Pero el plan fue uno y la realidad otra; a los manudos se les complicó desde el inicio el juego ante Guadalupe. Y no es que históricamente haya sido fácil ganarle al cuadro josefino, pero basados en las planillas, el duelo pintaba favorable para los rojinegros.

Un primer tiempo para el olvido

Desde el pitazo inicial y hasta la mitad del compromiso, la pelota estuvo en pies de los guadalupanos, quienes mostraron carácter y calidad en el pie a pie; replegados y ordenados atrás y con balones filtrados en ofensiva con muchísima precisión. Destacó la labor de Josué Meneses en la zona de creación y del argentino Lizandro Cabrera en ataque. Una sociedad que llevó peligro pero sin concretar las anotaciones. 

La Liga lució mal, errático y pasivo, muy distinto a lo que se esperaba en un juego que significaba tanto en los objetivos manudos. En su formación, el técnico Albert Rudé sorprendió con Barlos Sequeira en la estelar, la ausencia de Aarón Suárez y el capitán Ruiz en el banquillo. Con el inicio de la segunda mitad y un 0 a 0 que se hacía gigante, el estratega español optó por las variantes, 5 en total.

Al campo entraron Marcel Hernández por Gabriel Torres, Bernald Alfaro por Alex López, Carlos Mora por Barlon Sequeira, Faerrón por Salvatierra y José Miguel Cubero por Celso Borges. Fue la decisión correcta; a partir de ese momento, los leones comenzaron a tejer jugadas de peligro, ejercer presión arriba y controlar el juego. Eso sí, antes de eso Guadalupe estrelló una en el palo que pudo cambiar el destino del juego.

Con Alfaro y Faerrón en cancha, la cara del equipo fue otra, una que gustó más y arrancó el aplauso de la tribuna, sin embargo, el marcador era el mismo. No fue sino hasta el minuto 90, cuando en una jugada filtrada desde el frente del área, los manudos pudieron desahogar el grito de gol. Un mal remate de Johan Venegas frente al marco permitío a Cubero encontrarse la bola y rematar -casi como reacción- de pierna derecha. 

El partido estaba liquidado, las dudas y reclamos de alguna parte de la afición se atenuaron y los 3 puntos colocaron una sonrsa en sus jugadores. Lo de ayer no da para presumir, el DT lo sabe, pero fue una dura tarea y una prueba de fuego para medir lo que se viene en esta segunda etapa del campeonato, donde todo apunta a que será el Deportivo Saprissa su rival de turno.