El Deportivo Saprissa atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente, no solo por la presión deportiva, sino también por los problemas administrativos que complican aún más la situación. El club no puede autorizar a sus dos refuerzos extranjeros debido a su deuda con Hacienda.
Este martes al mediodía, La Teja confirmó que el equipo morado no ha logrado saldar la deuda de ¢146.733.684 con el Ministerio de Hacienda, un monto correspondiente al Impuesto al Valor Agregado (IVA) del mes de diciembre de 2024.
Esta deuda mantiene al club en una encrucijada, ya que le impide inscribir a dos de sus fichajes estrella para la presente temporada, Nicolás Delgadillo y Sabin Merino. Esto significa un golpe directo para el entrenador José Giacone, quien había solicitado refuerzos clave para reforzar su plantel.
Lo que agrava aún más la situación es que el director general del club, Gustavo Chinchilla, había asegurado que la deuda sería cancelada para cumplir con los requisitos de inscripción, una promesa que, hasta ahora, no se ha materializado.
El impacto en el proyecto deportivo de Giacone
José Giacone asumió el banquillo del Saprissa con la expectativa de liderar un proyecto ambicioso que incluye no solo competir por títulos, sino también implementar un estilo de juego renovado y atractivo. Para ello, la incorporación de Delgadillo y Merino era fundamental, ya que ambos jugadores fueron seleccionados estratégicamente para cumplir roles específicos dentro del esquema del técnico.
Un problema administrativo que agrava la crisis
El Ministerio de Hacienda fue claro en su pronunciamiento: el Deportivo Saprissa no puede gestionar un arreglo de pago para cancelar la deuda, ya que no existe un marco normativo que lo permita. Esto significa que la única solución viable para los morados es realizar el pago total del monto adeudado mediante las opciones disponibles, como la plataforma ATV o los servicios bancarios.
Esta situación no solo afecta lo deportivo, sino también la credibilidad de la administración encabezada por Chinchilla. La promesa de resolver la deuda a tiempo para habilitar a los refuerzos extranjeros generó expectativas que ahora se ven incumplidas, aumentando la presión sobre la dirigencia y cuestionando su capacidad para gestionar las finanzas del club en momentos críticos.