En Deportivo Saprissa no se habla de otra cosa. Este viernes comenzó oficialmente a correr el plazo de 45 días para cancelar la deuda que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le impuso al club, luego de perder una apelación contra el Hapoel Be’er Sheva de Israel por el traspaso de Jimmy Marín.
La sentencia fue clara: 375.000 francos suizos (alrededor de ₡240 millones), más intereses y costas judiciales, deben ser abonados desde Tibás a la parte demandante.
El fallo sacudió a la dirigencia tibaseña, pero desde el club aseguran que el pago está completamente planificado y bajo control. Así lo manifestó el gerente general Gustavo Chinchilla, quien negó rotundamente cualquier posibilidad de crisis económica.
20 mil dólares que se van: el fallo que perjudica a Saprissa
A este panorama ya de por sí cargado se le suma el golpe económico que representa la suspensión del partido ante AD Guanacasteca, equipo que fue descalificado del Clausura 2025 tras una investigación del Comité de Licencias de Fedefútbol.
Si bien en lo deportivo representa un alivio —los morados reciben automáticamente los tres puntos que los mantienen con vida en la lucha por la clasificación—, económicamente representa una pérdida importante que el propio Chinchilla cuantificó públicamente.
“Hemos hecho crecer los ingresos de Saprissa en casi un 60%. Un partido clase C que antes era deficitario, ahora es rentable. Dejar de jugar contra Guanacasteca nos cuesta neto entre 15.000 y 20.000 dólares que dejamos de percibir”, explicó en declaraciones para Columbia Deportes.
Pese a la doble carga que implica la suspensión del juego y la obligación de pagar la deuda, Chinchilla transmitió calma a los aficionados morados. Volvió a asegurar que el pago al Hapoel Be’er Sheva ya está planificado y garantizado, y que las versiones que circulan sobre una supuesta falta de recursos en el club son malintencionadas.