El portugués está muy molesto por creer que se lo critica con mucha dureza por su rendimiento en el inicio de la temporada.

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Cristiano anda con muy poco humor desde que regresó al equipo el pasado 10 de septiembre. Está muy molesto por las críticas recibidas, especialmente en sus primeros encuentros. Se siente una víctima y evidentemente no ha hecho la más mínima autocrítica. Cree que sus goles contra el Sporting de Portugal y el Borussia Dortmund en la Champions League demuestran que ya está de vuelta y que vuelve a ser el jugador decisivo de siempre.

Le molesta que la crítica periodística no haya tenido en cuenta que se encuentra prácticamente en pretemporada ya que su lesión le impidió trabajar con el resto de sus compañeros durante varias semanas. Cristiano vive obsesionado y pendiente de alimentar su inmenso ego, y se cree por encima de cualquier crítica, por más que su rendimiento durante los primeros partidos de la temporada ha estado muy lejos de su nivel habitual.

Obsesionado por los goles, el delantero portugués quiere sacarse la espina en el próximo partido de Liga y acallar de una vez por todas las voces críticas. Pretende que el Eibar pague los platos rotos, al igual que declaró su compañero Danilo. Cristiano no soporta que en su casillero particular en la Liga sólo figure un gol y buscará empezar cuanto antes a agrandar la cuenta.

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