El clásico capitalino entre Olimpia y Motagua volvió a dejar emociones intensas y un protagonista inesperado: Dereck Moncada, el joven extremo de apenas 17 años, quien se vistió de héroe para rescatar el empate 2-2 en el estadio Nacional Chelato Uclés. Con su anotación en los últimos minutos, el atacante no solo salvó al León de una derrota ante su acérrimo rival, sino que también ratificó su gran momento futbolístico y su potencial para convertirse pronto en legionario.
Moncada, hijo del histórico Maynor Figueroa y nieto del exárbitro Mario Moncada, ha logrado brillar con luz propia en el equipo albo, consolidándose como una de las grandes promesas del fútbol hondureño. Su gol en el clásico, además de darle un punto valioso al Olimpia, fue su cuarta anotación del torneo, confirmando su peso ofensivo y su madurez pese a su corta edad.
El rendimiento del juvenil ha sido tan alto que el cuerpo técnico del Olimpia decidió no cederlo a los Juegos Centroamericanos 2025 en Guatemala con la Selección Sub-21 de Honduras, debido a su importancia tanto en la Liga Nacional como en la Copa Centroamericana. En el club, lo consideran su nuevo exponente y una de las piezas más determinantes para los próximos torneos.
Dereck Moncada se encamina al extranjero
Su futuro también comienza a definirse fuera de las fronteras hondureñas. Su contrato con Olimpia finaliza en diciembre de 2025, y según declaraciones de su abuelo Mario Moncada, el joven delantero daría el salto al extranjero, con posibilidades muy reales de unirse a un club en Estados Unidos, donde ya tendría “las puertas abiertas” para iniciar su carrera internacional.
Consultado sobre su posible salida a la Major League Soccer (MLS), el propio Dereck Moncada prefirió mantener la calma. “Ahí no sé, yo voy a seguir trabajando con el equipo e ir sumando minutos”, expresó el futbolista, mostrando madurez y concentración pese a la creciente atención mediática y las expectativas que lo rodean.
Con talento, humildad y goles decisivos, Dereck Moncada se perfila como la nueva joya del fútbol hondureño. Su irrupción en el clásico capitalino no solo enciende la ilusión en los aficionados del Olimpia, sino que también confirma que el fútbol catracho sigue produciendo figuras con proyección internacional.