La Selección Nacional de Guatemala no solo está brillando por su fútbol, sino también por su temple mental. En los momentos decisivos, el equipo ha mostrado una notable madurez emocional, algo que quedó claro en los duelos de la Copa Oro.
Más allá de lo táctico y físico, hay un trabajo invisible que está marcando diferencia: el psicológico. En el cuerpo técnico liderado por Luis Fernando Tena, destaca la labor silenciosa pero trascendental de la Licenciada Stéfania Paiz, psicóloga deportiva con maestría y doctorado, quien se ha convertido en una pieza clave del crecimiento mental de los jugadores.
El secreto de Luis Fernando Tena
Paiz ha venido reforzando áreas como el control emocional, la confianza, la motivación y la concentración. Estos aspectos han sido esenciales para que el equipo mantenga la calma en momentos de presión, algo que se evidenció en la serenidad con la que los seleccionados ejecutaron los penales ante Canadá, una situación que históricamente ha generado nerviosismo en la Bicolor.
Los efectos de este acompañamiento psicológico también se notan en la cohesión grupal. La Selección luce más unida, más resiliente y con una capacidad renovada para enfrentar la adversidad. Los jugadores, antes dubitativos en momentos complejos, ahora se muestran mentalmente fuertes y convencidos de su capacidad para competir de tú a tú con cualquier rival.
Este nuevo enfoque integral del cuerpo técnico, que no solo entrena músculos sino también mentes, demuestra que el fútbol moderno exige preparación total. La labor de Paiz no solo se refleja en las victorias, sino en la evolución de un equipo que empieza a creerse el papel protagónico que está asumiendo en la región.
Con Stéfania Paiz como arquitecta del equilibrio emocional del grupo, Guatemala confirma que los partidos también se ganan desde la mente, después de la magnifica Copa Oro, se espera que esta fórmula funcione en la Eliminatoria Mundialista de la Concacaf.