El regreso de Óscar Ramírez al banquillo de Liga Deportiva Alajuelense no es un simple cambio de entrenador. Es el regreso de una figura que conoce como pocos la historia del club, y que no tiene problema en dejar las cosas claras desde el primer día.

Ramírez, el técnico más ganador en la historia rojinegra, vuelve con la convicción de cortar la sequía de títulos y guiar al equipo a la tan deseada estrella 31. Pero para eso, también necesita que se respeten sus reglas.

Los va a exigir mucho, los va a sacar del confort, los va a trabajar en lo que crea que necesitan. Les va a pedir tiempo extra, kilómetros extra… son ocho partidos , y ahí se verá la mejoría del equipo, que tiene que notarse”, anticipó su ex compañero y amigo Mauricio “Chunche” Montero, quien conoce como pocos el estilo de conducción del Machillo.

Fichajes en la mira: la advertencia de Machillo Ramírez

Pero más allá del trabajo en cancha, Ramírez también tiene una postura muy clara para con la dirigencia. En el pasado ya lo dejó en evidencia, y ahora no será la excepción: al Machillo no le gusta que le impongan decisiones desde arriba, especialmente cuando se trata de fichajes.

En una entrevista con la periodista Pamela Muñoz, realizada durante su etapa fuera de los banquillos, el actual DT rojinegro habló sin rodeos: “Es complejo, cada quien tiene que saber a dónde llega. La directiva te contrata y te da el mando, pero hay momentos en que hay injerencia…

El Machillo ilustró su punto con una experiencia pasada: “Yo tuve una comisión técnica donde todos los días salía que un hondureño venía, y yo decía ‘no estoy pidiendo nada’. Después me di cuenta por qué era. Es que llega cualquier tipo de dirigente, hay algunos que son más emotivos y tienden a brincarse ese espacio”, recordó.

Porque no le dicen las cosas como son a uno. Es un tema de que el dirigente quiere decir ‘yo lo traje, es bueno’, haciendo caché de que trajo a alguien a la institución brincándose protocolos y referencias, entonces caramba, es complejo lidiar con todo eso”, sentenció sin pelos en la lengua.

Con ese antecedente, en Alajuelense ya saben que las decisiones deportivas deberán pasar por el nuevo DT si no quieren entrar en conflicto. El mensaje está sobre la mesa.