Cuando Liga Deportiva Alajuelense anunció en julio de 2022 la llegada de Fabián Coito, la expectativa era enorme. El entrenador uruguayo, con experiencia en selecciones juveniles de su país y en Honduras, asumía el banquillo rojinegro con la misión de devolverle al club el protagonismo perdido y, sobre todo, pelear títulos.

En el torneo local, Coito dirigió 18 partidos en el Apertura 2022 con un saldo de 9 victorias, 5 empates y 4 derrotas, un rendimiento cercano al 59%. En el plano internacional, los números fueron más positivos: en la Liga Concacaf sumó 5 triunfos, 4 empates y apenas 1 derrota, con un rendimiento del 63%.

Sin embargo, el balance general de 28 encuentros con 14 victorias, 9 empates y 5 derrotas (61% de efectividad) no fue suficiente. Alajuelense cayó eliminado en semifinales del campeonato nacional a manos del Saprissa y perdió la final de la Liga Concacaf contra Olimpia, dos golpes que marcaron su salida en noviembre de ese año.

Coito no cumplió su objetivo en Alajuelense

Aunque Coito se marchó asegurando que se sentía tranquilo con su trabajo, la sensación que quedó fue la de un fracaso. Llegó como el hombre que debía devolver títulos, pero se fue sin cumplir el objetivo principal, dejando a la Liga nuevamente en deuda con su afición.

Fabián Coito no pudo triunfar en Alajuelense.

¿Qué es de la actualidad de Fabián Coito?

Hoy, lejos de Costa Rica, el uruguayo encontró un nuevo rumbo en su carrera. Fue confirmado como el nuevo coordinador de las divisionales formativas de Montevideo Wanderers, club en el que ya había tenido vínculo en el pasado. Allí será responsable de la formación, desarrollo y captación de jóvenes talentos, tras la salida de Alejandro Garay.

Su regreso a la formación de juveniles no es casual: fue precisamente en ese ámbito donde construyó gran parte de su prestigio, dirigiendo a las selecciones Sub-15, Sub-17 y Sub-20 de Uruguay, además de haber estado al frente de la mayor en forma interina en 2018. Ahora lo hará desde otro lado, no como entrenador sino coordinador.

De esa forma, el entrenador que no pudo consolidar un proyecto ganador en Costa Rica vuelve a sus raíces en Uruguay, apostando por el trabajo de cantera en lugar de los banquillos de primer nivel.