El pasado domingo, Liga Deportiva Alajuelense celebró una ajustada victoria por la mínima diferencia ante Club Sport Cartaginés en el Estadio Nacional. Más allá del triunfo, el partido dejó una escena que emocionó a más de un aficionado rojinegro y que, al mismo tiempo, terminó perjudicando al club.
Todo comenzó en las gradas, cuando un seguidor llevó un cartel llamativo con el nombre del brasileño Anderson Canhoto. El mensaje, escrito en portugués, decía: “Mi nombre es Anderson, hoy cumplo 15 años y sería un sueño recibir la camiseta del mejor jugador brasileño de Costa Rica. ¡Será un honor recibir tu camiseta, Canhoto!”.
El emotivo gesto de Anderson Canhoto
Al finalizar el encuentro, el mediocampista manudo se acercó al joven, quien le explicó que era su cumpleaños y que su mayor deseo era recibir su camiseta con el icónico dorsal 97.
Conmovido por el gesto, Canhoto le obsequió su uniforme, mientras que el aficionado le entregó su cartel en señal de agradecimiento. “Fue muy lindo y le agradezco mucho, a mí me gusta mucho el cariño que la afición tiene por mí. Entró como llorando y me dijo que era su cumpleaños, que era su sueño tener una chema mía y gracias a Dios pude dársela”, contó Canhoto en zona mixta.
El castigo que Alajuelense no esperaba
Sin embargo, el comisario Alexander Vargas y la comisaria de seguridad Elieth Artavia presentaron un informe ante el Tribunal Disciplinario de Fedefútbol, señalando que el ingreso del aficionado al terreno de juego, aunque pacífico, debía ser reportado como una infracción.
Como resultado, el Tribunal determinó que Alajuelense debía pagar una multa de 52 mil colones, “de conformidad con lo establecido en el artículo 73 inciso 4), por la invasión pacífica de aficionados al terreno de juego una vez finalizado el encuentro, por primera ocasión en la temporada”.
Aunque el reglamento es claro en este tipo de situaciones, la sanción ha tomado por sorpresa a los seguidores manudos, ya que es inusual que un gesto noble como el de Canhoto resulte en un castigo para el club.