Producto de falta de pago y el posible despido del entrenador Misael Alfrado, los futbolistas y cuerpo técnico exigen mejor trato laboral hasta las últimas consecuencias.
El oficialmente Juventud Independiente, pero conocido como Luis Ángel Firpo, atraviesa una dura crisis interna, camuflada semanas atrás por la compra de la plaza de la máxima división del fútbol salvadoreño.
Ayer, sus jugadores se negaron a entrenar al alegar un incumplimiento en el pago de sus salarios. La medida se llevó a cabo ante la ausencia de Raúl Galo, presidente del club quien ayer debía reunirse con los futbolistas.
Además, la acción de fuerza también se debe a la situación, en una especie de limbo, del técnico Misael Alfrado: “Ni el teléfono me contestan hace 10 días, así de claro y hay necesidades que siempre me toca pagarlas yo”.
En una poca usual conferencia de prensa, los propios jugadores tomaron el micrófono y le brindaron públicamente su apoyo al DT: “Si quitan a uno, nos quitan a todos“.