Todo el Mundial de Brasil 2014 fue un torrente de emociones para Costa Rica. Muchos momentos quedarán marcados en la historia, adjunta a su memorable actuación, pero uno de los que más destacan es el penal de Umaña, el que cerraba la serie ante Grecia en octavos de final.

El actual futbolista de Comunicaciones de Guatemala tenía en sus pies una responsabilidad enorme. La de convertir el tiro desde los doce pasos y darle a La Sele su primera clasificación a cuartos de final.

Lo ejecutó a su izquierda, palo al que se lanzó Karnezis. Pero no llegó. El Pernambuco explotó en alegría tica, así como las afueras del estadio y todo habitante de aquel país centroamericano, con el fervor a flor de piel.

Lo que agregó más épica a aquella ejecución fue el emotivo relato de Kristian Mora, que aún seis años después sigue poniendo la piel de gallina no solo a los costarricenses, sino también a gran parte de los fanáticos de este deporte.