Este martes se confirmó de manera oficial un rumor que venía rondando desde hace meses en los pasillos de Fedefútbol: la Selección de Costa Rica tendrá un fogueo internacional en Europa previo a la reanudación de las eliminatorias mundialistas y la Copa Oro 2025.

El partido quedó pactado para el 28 de mayo, y el rival será la Selección de Cataluña, en una sede y horario que se anunciarán en los próximos días. El combinado nacional viajará el 25 de mayo a Barcelona, jugará tres días después y regresará al país el 29 para preparar sus compromisos oficiales.

El detalle que genera ruido es que no se trata de una fecha FIFA oficial, por lo que el cuerpo técnico podría citar a varios jugadores del ámbito local. Si bien esto podría ser una buena oportunidad para probar piezas nuevas, también plantea un problema gigante para los clubes que siguen en carrera en la parte más caliente del Torneo Clausura 2025.

Un calendario que lo enreda todo

El choque contra Cataluña coincidiría de lleno con la fecha designada para la hipotética Gran Final del Clausura, prevista justamente para el 25 de mayo. Club Sport Herediano —que ya aseguró el liderato de la fase regular—, Liga Deportiva Alajuelense, Puntarenas FC, Club Sport Cartaginés y Deportivo Saprissa son los equipos que todavía tienen chances de pelear por ese título. Y todos corren el riesgo de ver debilitadas sus plantillas si sus figuras son convocadas para el amistoso europeo.

En la última lista del técnico mexicano Piojo Herrera, ya había varios nombres de peso de estos clubes: Santiago Van der Putten, Alexis Gamboa y Alejandro Bran por parte de Alajuelense; Esteban Alvarado y Joseph Mora de Saprissa; y Randy Vega de Herediano.

La última convocatoria del Piojo Herrera (Fedefútbol).

Pero ahora, al no tratarse de una fecha oficial, se espera que la convocatoria a la Selección de Costa Rica incluya a más jugadores del medio local, y no se descartan futbolistas como Kevin Briceño de Cartaginés o figuras de Puntarenas FC.

Aunque habrá que ver cómo se maneja a lo interno la relación entre los equipos y Fedefútbol —al no tratarse de una fecha FIFA, deberían tener la potestad de no ceder a sus jugadores—, está claro que un posible desmantelamiento de los planteles justo antes de una final no dejaría conforme a nadie.