Honduras derrotó 2-0 a El Salvador con un golazo de Boniek García, que recordó a Arnold Peralta en la celebración, y otro de Quito, en el último minuto de adición.

Hubo emoción, nervios, polémicas, ovaciones y hasta un golazo que definió el partido. El saldo, un seleccionado catracho efusivo, que sueña con meterse entre los seis mejores de Concacaf y una equipo salvadoreño cabizbajo, que empezó a despedirse del Mundial de Rusia.

Boniek García celebró mostrando la camiseta de Arnold Peralta.

Desde el inicio del partido, los locales manejaron el juego, pero si bien funcionó la presión y la posesión del balón, faltó la profundidad necesaria para hacer daño. Para colmo, a mediados de la primera mitad Jorge Luis Pinto se fue expulsado tras reclamar airadamente un penal y tener un encontronazo con Ramón Maradiaga, quien también mereció sanción arbitral.

Honduras terminó bien el primer tiempo, poniendo en riesgo la portería de un Derby Carrillo que otra vez mostró fragilidad. Y los catrachos terminarían por cobrarse esa superioridad en 7 minutos del complemento, con un golazo de Boniek García que además de algarabía generó emoción en un festejo con dedicatoria al fallecido Arnold Peralta, que hoy habría cumplido 27 años.

En el minuto 66 llegó la ovación de la noche, con el ingreso de Carlo Costly en reemplazo del autor del único tanto de la noche. Y el goleador tuvo la suya a los 25′, pero Carrillo le ganó en el mano a mano en una de sus únicas buenas intervenciones.

Los catrachos pudieron aumentar la diferencia, pero desperdiciaron numerosas ocasiones y sufrieron hasta el final la posibilidad de repetir la historia del Cuscatlán; hasta que en el último minuto de adición, el recientemente ingresado Quioto aumentó la diferencia y en San Pedro Sula todos los hondureños dieron rienda suelta a la ilusión de decir presente en el Hexagonal Final de Concacaf.

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