Un reciente caso de presunta estafa ha sacudido el mundo del fútbol costarricense, involucrando a una veintena de jugadores y cerca de cien profesionales de diversos sectores. Todo surgió de la investigación que realizó el periodista Manuel Estrada para el medio Noticias Red Digital.

En su trabajo, el reportero obtuvo la denuncia, contenida en el expediente número 24-000766-0283-PE, en donde se expone a un individuo de apellido Aguilar como el cerebro detrás de un esquema fraudulento que prometía altos rendimientos a través de un negocio de repuestos para aseguradoras.

¿Cómo fue que se desarrolló la estafa?

Las pérdidas de las víctimas ascienden a cifras millonarias, y el caso se ha vuelto uno de los más comentados en el país. Se ofrecía una oportunidad de inversión que prometía un retorno del 5% mensual. Entre los involucrados, destaca un futbolista de apellido Vargas, quien presentó a Aguilar al grupo conocido como “La Hermandad”.

Atraídos por la promesa de ganancias fáciles, los deportistas y otros profesionales realizaron importantes inversiones. Inicialmente, los pagos se realizaron puntualmente, lo que generó confianza entre los inversionistas, pero pronto los depósitos comenzaron a retrasarse y finalmente se detuvieron por completo. Las víctimas, entre ellas jugadores de renombre como Vargas, García y Montero, comenzaron a notar la irregularidad de la situación cuando los pagos dejaron de llegar .

¿Cuánto fue el total que se recaudó?

Algunos, como Vargas, pasaron de ser vistos como posibles cómplices del esquema a presentarse como víctimas más del fraude. La cantidad total que se estima fue invertida supera los 300 millones de colones, 580 mil dólares, aunque el impacto financiero es mucho mayor. Según varios denunciantes, Aguilar y sus socios habrían utilizado los fondos para establecer negocios, entre ellos un taller automotriz y un bar, pero el dinero jamás fue devuelto a los inversores.

Los jugadores no han salido a hablar.

El papel de las entidades bancarias en este escándalo también ha sido puesto en cuestión. Algunas de las víctimas han señalado que los bancos no realizaron los controles necesarios para detectar las grandes sumas de dinero que circulaban por las cuentas de la sociedad “Soluciones Automotrices Rivera”, una empresa clave en el esquema fraudulento.

Según los afectados, montos que superaban los 200 mil dólares se depositaban y transferían sin que las autoridades financieras investigaran la procedencia de los fondos. Esta falta de supervisión ha generado dudas sobre la eficacia de los mecanismos de control en los bancos costarricenses para prevenir el lavado de dinero.

¿Qué sucede con el principal acusado?

El principal acusado, Aguilar, ha desaparecido, y las autoridades aún no han logrado localizarlo. Mientras tanto, los futbolistas involucrados, como Vargas y Montero, se han identificado como víctimas del esquema. Algunos de los afectados han optado por presentar denuncias formales, mientras que otros prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias o por vergüenza ante la magnitud de sus pérdidas.