La selección brasileña ha implementado una serie de innovaciones y estrategias para enfrentar el intenso calor que se espera durante la Copa América en Estados Unidos. Con un enfoque en la hidratación y la adaptación al clima, el rival de Costa Rica en la primera fase se prepara para rendir al máximo en condiciones extremas.
¿Cuál es la estrategia nueva que utilizará Brasil?
Una de las principales adquisiciones de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) es un dispositivo que mide los niveles de hidratación de los jugadores a través de la saliva. Este equipo, que realiza recogidas individuales en horarios predeterminados, proporciona resultados que permiten tomar decisiones inmediatas sobre la hidratación de cada jugador.
“El comité mide la hidratación en tres momentos diferentes: el día antes del partido, la mañana del partido y el día después del partido”, explicó Guilherme Passos, fisiólogo de la selección brasileña. “La idea es tener tiempo para intervenir y mejorar la hidratación del jugador antes de la siguiente actividad”.
Además de la tecnología de hidratación, Brasil ha implementado varias estrategias para mitigar el calor. Estas incluyen el uso de toallas mojadas para refrescar el cuerpo durante las paradas técnicas en los partidos y baños fríos después de los encuentros para acelerar el proceso de recuperación. Estas medidas están diseñadas para mantener a los jugadores frescos y listos para competir al más alto nivel.
Para adaptarse a las altas temperaturas, el equipo llegó con antelación a Estados Unidos, realizando toda su preparación en el país. Esta decisión se tomó para que los jugadores se acostumbren al clima, algo que no hubiera sido posible en su base habitual en Granja Comary, Brasil.
“Al estar aquí, el cuerpo pasa por una serie de adaptaciones fisiológicas, con un aumento del volumen plasmático y sanguíneo, lo cual es importante porque el deportista adquiere una mayor capacidad de sudar y ajustar la estación del cuerpo en relación al calor”, señaló Passos. “Uno u otro que viene del frío sufre más al principio. Pero en términos de 7 días tenemos una adaptación considerable”.
Problemas también con el huso horario
El tema del huso horario también ha sido abordado con detalle. Aunque la diferencia horaria entre Orlando y Los Ángeles es de solo tres horas, el equipo se trasladó con suficiente antelación para adaptarse sin problemas. “El huso horario se adapta una hora al día. Más de cuatro horas tiene un efecto considerable, pero vamos a un huso horario de tres horas con respecto a Orlando y con cuatro días de antelación. Entonces, tenemos un periodo de adaptación”, explicó Passos.