La irrupción de Óscar Ramírez en el banquillo de Liga Deportiva Alajuelense se dio con un fin claro: cortar la sequía que atormenta a la institución hace cuatro años y darle su título nacional número 31. Pero también fue sorpresiva, porque se gestó en la antesala de las semifinales del Torneo Clausura 2025.
El reciente triunfo 2-0 sobre Puntarenas impulsó al equipo al segundo lugar de la tabla, dejándolo a las puertas de la clasificación. Ahora depende de sí mismo y para amarrar su boleto deberá ganarle a Santa Ana este domingo en Piedades.
Si lo consigue, empezará un nuevo campeonato para la Liga, el cual penaliza hasta el más mínimo error. Y el “Machillo”, el técnico más laureado en la historia del club, llegó precisamente para hacerle frente con colmillo y experiencia, además de apelar a su capacidad como motivador.
El mensaje de Óscar Ramírez que incomoda al plantel de Alajuelense
Ramírez lleva poco más de dos semanas de trabajo con el primer equipo, respaldado por sus asistentes Wardy Alfaro y Bryan Ruiz. Por lo que es consciente de que en esta carrera a contrarreloj antes de la fase final deberá trabajar, sobre todo, la parte mental de los futbolistas de Alajuelense.
“Creo que lo que urge entender es que hay que ganar el campeonato y es clave cómo guiar al grupo hacia eso. Cuando estamos en trabajos de definición, decirles: ‘Dale, bien, esa puede ser la del campeonato’. Estar en ese bombardeo de lo lindo de ser campeón. Reforzar muchísimo eso para convencerlos de que sí podemos ser campeones“, contó en una entrevista para el sitio web de LDA.
Aunque la mayor virtud estará en sobreponerse a situaciones de zozobra de los próximos cruces, que pueden despertar fantasmas del pasado reciente: “Es poco tiempo, pero tengo un gran cuerpo técnico que ya viene trabajando, y ni hablar del apoyo de la afición. Habrá momentos críticos, pero es muy importante que los jugadores sepan que la afición los va a respaldar“, aseguró.
Machillo, la gran esperanza para darle la 31 a la Liga
En este cierre de campaña, en Alajuelense se ilusionan con romper su racha negativa. Está dentro de las posibilidades que no clasifiquen como primeros, por lo que deberían forzar una Gran Final si quieren ser campeones. La última vez que ganaron una fue en 2013 y desde entonces acumulan siete derrotas en fila: tres contra Herediano, tres contra Saprissa y una ante Cartaginés.