Liga Deportiva Alajuelense visitará a Puntarenas FC el próximo sábado 16 de agosto en el regreso del conjunto chuchequero al Estadio Miguel “Lito” Pérez, luego de una suspensión impuesta por el Ministerio de Salud. Pero aunque el partido se disputará en suelo porteño, hay un factor que podría jugar a favor de los manudos… y vendría directamente desde Fedefútbol.

¿Cuál es la buena noticia para Alajuelense?

Según trascendió, el encuentro se jugará a puerta cerrada, sin afición en las gradas, como parte de las condiciones para que Puntarenas recupere su localía mientras completa los ajustes exigidos por las autoridades sanitarias. Esto, en la práctica, podría representar un alivio para el técnico rojinegro, Óscar Ramírez, quien ha vivido semanas intensas tras un inicio irregular en el Torneo de Apertura 2025.

La presión sobre Ramírez ha ido en aumento, no solo por los resultados, sino por el estilo de juego que todavía no convence a parte de la afición alajuelense. En ese contexto, jugar en el infierno porteño sin público puede ser visto como una pequeña “ayuda institucional” que reduce la carga ambiental para sus dirigidos, en un estadio históricamente complicado para cualquier visitante.

Sin afición, sin calor popular

El “Lito” Pérez es reconocido por su cercanía entre las gradas y la cancha, algo que convierte cada partido en un verdadero desafío emocional, sobre todo cuando el estadio está lleno y la presión de la hinchada naranja se hace sentir. El hecho de que el compromiso ante la Liga se juegue a puerta cerrada neutraliza uno de los principales elementos de fortaleza del PFC.

Además, la Fedefútbol podría entrar en escena para confirmar y respaldar oficialmente que el partido se mantenga sin público, pese a los esfuerzos de Puntarenas por habilitar el ingreso de aficionados. Aunque el club asegura estar trabajando para cumplir con las exigencias del Ministerio de Salud, el tiempo corre en contra, y las autoridades federativas ya tienen en su radar el escenario actual.

Alajuelense, necesitado de calma

Para Machillo, cada punto cuenta, pero cada partido sin ruido externo es oro puro. En medio de una etapa donde busca consolidar una idea táctica con un grupo aún en transición, tener un juego sin el factor presión ambiental le da margen para trabajar con mayor serenidad. La Liga viene de partidos exigentes y un ambiente menos hostil en Puntarenas puede ser clave para recuperar confianza y afinar detalles sin el peso extra de la grada rival.