Una de las tendencias más marcadas en el fútbol centroamericano en los últimos tiempos son los futbolistas 'importados' de afuera. Jugadores que no necesariamente nacieron y se criaron en nuestro suelo, pero que, si tienen un vínculo sanguíneo con El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua o Panamá.


Desde su llegada a la Selección Nacional de Honduras, Fabian Coito no perdió tiempo y convocó a Rigoberto Rivas y Jonathan Rubio; asegurando que también va por Danilo Acosta y que seguirían buscando jugadores como estos. El último ha sido Valerio Marinacci, italiano de abuela materna hondureña y jugador de las reservas de la Lazio, que ya es un hecho que será convocado a la bicolor sub 20.

 


Por otro lado, Amarini Villatoro también hizo todo lo que pudo para la incorporación de Antonio de Jesús el "Chucho" López a la selección de Guatemala, que dejó buenas sensaciones en el último partido de la azul y blanco, donde muchos lo consideraron el mejor de la cancha. Esto sin olvidarse de otros 'gringo-chapines' como Nico Rittmeyer y Gabe Robinson, que también formarán parte del proceso guatemalteco.


Paralelamente, El Salvador ya puede contar con un futbolista que dentro de muy poco pinta para jugar cada fin de semana en la Eredivise de Holanda. El reconocido portal La Selecta Talent se encargó de encontrar a Enrico Dueñas Hernández destacándose en las reservas del Vitesse, para que seguido a ello la Federación de Fútbol Salvadoreño se 'avivara' y comenzara con los trámites para traerlo a la Selecta.


Al mismo tiempo, Costa Rica apunta a echar mano de Felicio Brown, delantero de madre alemana, pero padre costarricense; nacido y criado en suelo germano, pero que vestirá los colores de la sele de acuerdo a lo que ya adelantó Ronald González. Mientra tanto en Nicaragua, Juan Vita ya adelantó que buscarán nicaragüenses con doble nacionalidad en todo el mundo, situación que podría beneficiar al italo-nica Kaylor Flores Heatley, entre otros. 


Como hondureño y centroamericano, todo esto me parece buena noticia. Atras quedaron los entrenadores de mentes cuadradas y obsoletas que le cerraban las puertas a refuerzos como estos porque "no son de acá". Las canteras en Centroamérica no trabajan como se debe para pulir a sus jóvenes promesas; por ende, hay que aprovechar la bendición de que otro nos hace el favor de formarlos y nosotros los podamos utilizar. 

 

 


Eso no quiere decir que hay que convocar a todo jugador que sea seleccionable; ni que haya que darles trato de estrellas. Pero sí hay que scoutearlos y no tratarlos como 'foráneos’, para que después sean los técnicos quienes tomen la decisión final. Aclaro también que, en un mundo ideal, nuestro fútbol debería de sostenerse a base de su propia producción. Los talentos importados son necesarios y bienvenidos, pero no son la solución definitiva al bajo nivel competitivo de la mayoría de nuestros países. Los problemas se resuelven únicamente atacando su raíz, y esa se encuentra en el fútbol base. Ojalá que algún día lo dejemos de ignorar.