Los Juegos Olímpicos de París 2024, un evento que debería estar marcado por la excelencia deportiva y la unión entre naciones, se ha visto empañado por un escándalo de espionaje que involucra a la selección femenina de fútbol de Canadá, defensora del oro olímpico.

El director general de la Asociación de Fútbol de Nueva Zelanda, Andrew Pragnell, ha solicitado a la FIFA que intervenga rápidamente ante las acusaciones de espionaje. Según las denuncias, la seleccionadora femenina canadiense, Bev Priestman, junto con una entrenadora asistente y un analista del equipo, utilizaron drones para grabar las sesiones de entrenamiento del combinado neozelandés en al menos dos ocasiones.

Consecuencias inmediatas contra Canadá

La reacción del Comité Olímpico de Canadá no se hizo esperar. Bev Priestman fue cesanteada de su cargo inmediatamente después del partido inaugural y tanto la entrenadora asistente como el analista fueron expulsados de los Juegos Olímpicos. A pesar del escándalo, Canadá logró un triunfo por 2-1 ante Nueva Zelanda en su primer partido del Grupo A, lo que añade una capa de complejidad a la situación.

Canada Soccer, la federación de fútbol canadiense, ha anunciado una investigación independiente sobre el asunto. Por su parte, la FIFA ha iniciado un procedimiento disciplinario para determinar las acciones correspondientes ante estas graves acusaciones.

Beverly Priestman fue expulsada por espionaje. (Photo by Logan Riely/Getty Images)

Beverly Priestman fue expulsada por espionaje. (Photo by Logan Riely/Getty Images)

Reacciones de Nueva Zelanda

Andrew Pragnell expresó su indignación en un comunicado oficial, destacando la gravedad de las acusaciones y la necesidad de una respuesta urgente. “No hay lugar para este tipo de acciones en el fútbol y es fundamental que se tomen medidas urgentes para hacer frente a esta violación de la integridad, declaró Pragnell.

El Comité Olímpico Neozelandés también ha tomado cartas en el asunto, denunciando el incidente a la policía y a la unidad de integridad del COI. La expectativa es que las investigaciones esclarezcan los hechos y se apliquen sanciones ejemplares para prevenir futuras violaciones de este tipo.

El escándalo ha generado un debate sobre la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y supervisión en eventos deportivos de alto nivel. La utilización de tecnología para obtener ventajas desleales plantea preguntas sobre la ética en el deporte y la capacidad de las organizaciones para detectar y sancionar este tipo de comportamientos.