Bajo la conducción del humorista Norval Calvo, el popular programa radial Pelando el Ojo recibió en sus estudios a Joseph Joseph, presidente de Liga Deportiva Alajuelense.
Fiel a su estilo, Calvo no tardó en imitar a la perfección la voz del exentrenador manudo, Alexandre Guimaraes, y lanzó la pregunta que nadie se había atrevido a hacer en público: “¿Por qué me quitaste?”.
Joseph Joseph no se escondió
Lejos de mostrarse incómodo, y como si de verdad estuviera conversando con el propio Guimaraes, Joseph Joseph contestó: “Guima, el aprecio es mutuo y el respeto también. Son decisiones que uno no quiere tomar en el fútbol, es difícil, la verdad“.
“A veces, los resultados no se dan, o la parte deportiva no está en el momento que uno quiere, y hay que tomar este tipo de decisiones. No nos gusta, pero sin duda hay mucho agradecimiento por lo que usted hizo en el club, y un gran respeto y admiración”, completó el jerarca rojinegro.
La buena relación entre Joseph Joseph y Alexandre Guimaraes siempre fue pública, por eso sorprendió su despido a mitad de temporada. Aunque el equipo no brillaba, estaba segundo en el Clausura 2025 y a punto de enfrentar la fase final del torneo.
En su lugar llegó Óscar “Machillo” Ramírez, quien llevó a la Liga hasta la Gran Final, aunque no alcanzó para romper la sequía: Herediano se quedó con el título y dejó a los manudos sin la estrella 31.
¿Qué opina Guimaraes de su salida de Alajuela?
Por su parte, Guimaraes no escondió su asombro por cómo se produjo su despido: “Bueno, como dicen en el fútbol, hay sorpresas. Generalmente en esta profesión te sacan por dos situaciones: se vence el contrato y el club quiere seguir con otro proyecto, o porque pierdes varios partidos seguidos. Pero nunca porque no pierdas. Fue surreal”, comentó, recordando que dejó al equipo invicto en el torneo nacional.
Pese a que Guimaraes conquistó la Copa Centroamericana y el Torneo de Copa, en Alajuelense la exigencia siempre es la misma: campeonar en la Liga Promérica. Ese objetivo no llegó bajo su mando, y ahora la presión recae sobre Machillo Ramírez, quien lidia con el hambre de títulos de una afición que no soporta seguir viendo cómo otros levantan el trofeo más preciado.