Siguen las repercusiones por el gran escándalo de la renuncia de seis futbolistas (Marvin Monterroza, Henry Romero, Juan Carlos Portillo, Jonathan Jiménez, Narciso Orellana y Rodolfo Zelaya) debido a un pedido económico que no fue aceptado por la FESFUT para estar presentes en las dos primeras jornadas de las Eliminatorias Concacaf con la selección de El Salvador. El que opinó esta vez fue Pablo Punyed, el legionario cuscatleco que no estará en estos partidos porque no fue cedido por el Víkingur Reykjavík de Islandia.

"A base de lo que ha sucedido y de lo que se ha hablado me sorprende que no exista la comunicación entre los jugadores, técnicos, y federativos que se pueda quedar en puerta cerrada. Esa manera de hacer noticia de todo lo que se habla es una forma de enredar a los que están por fuera", comenzó el futbolista.

 

Y siguió: "Mantener todo lo hablado en secreto, eso es una forma de que la confianza crezca. Estamos hablando de condiciones de trabajo, no de opiniones de que estilo de fútbol, o etc. Todo jugador con el que yo he compartido en la selección le tienen amor a la selección y al país. No es nada nuevo estar proponiendo condiciones".

Punyed lanzó una fuerte frase en su entrevista con El Gráfico, pero no nombró a nadie: "El que no quiera estar en la selección, que no venga. Pero que sea sincero y lo diga públicamente para que no se le tome en cuenta cuando las cosas van bien. Tiene que existir respeto al fútbol, al aficionado, al país, y del uno al otro".

 

 

Para finalizar, el futbolista de 30 años hizo un pedido que abarca a todos: "La federación, los técnicos, y los jugadores deben ser una familia funcional para poder alcanzar las metas deportivas. Van existir desacuerdos, pero debemos tener una línea de ética y de trabajo que le enseñe a todos que estamos remando a un mismo objetivo".