La salida de Esteban Alvarado marcó un antes y un después en el Deportivo Saprissa. El histórico guardameta decidió ponerle punto final a su carrera profesional y dejó un vacío sensible en uno de los puestos más delicados del club. Más allá del nombre que pueda ocupar el arco morado, puertas adentro comienza a instalarse una preocupación mayor: la crisis de identidad bajo los tres palos.

Quien puso el tema sobre la mesa fue una voz más que autorizada. Marco Rojas, exarquero del Saprissa y ganador de ocho títulos con la camiseta tibaseña, no esquivó el análisis y fue directo al señalar que el club no planificó la salida de Alvarado y hoy paga las consecuencias.

Saprissa quedó sin saber que hacer

“Yo creo que es un punto complejo, porque Saprissa no lo pensó y ahora está en un problema. Hace rato no se sacan figuras. Cuando yo tenía 18 años ya me ponían y uno sabía cómo estaba la cosa y no le asustaba nada. Tenemos mucho tiempo de no tener un portero con identidad Saprissa; entonces, esto es complicado para el equipo”, afirmó Rojas.

Para el histórico guardameta, el debate no pasa únicamente por encontrar un reemplazo inmediato, sino por algo más profundo: la pérdida de la escuela saprissista en la formación de porteros. Según su visión, el arco morado es el más exigente del país y requiere un perfil muy específico.

Marcos Rojas habló del presente de Saprissa. (Foto: La Nación)

“El puesto es difícil, el nivel de exigencia es muy alto y se puede decir que es el arco más complicado, porque el portero de Saprissa suele ser el de la Selección Nacional. Sin embargo, hace rato no veo eso, y es una de las cosas que más me preocupa”, reflexionó.

Ante el escenario actual, el exarquero no ve soluciones sencillas en el mercado local y considera que el club deberá mirar hacia adentro, aunque con cautela. Si bien reconoce talento en las nuevas generaciones, también advierte carencias importantes.

Las palabras de Marco Rojas exponen una realidad incómoda en Tibás: la salida de Esteban Alvarado no solo dejó un arco vacío, sino una crisis estructural que Saprissa deberá resolver si quiere recuperar su identidad histórica bajo los tres palos.