Lejos quedaron los años en el que cada vez que se enfrentaban Comunicaciones y Municipal se paralizaba la mayor parte de Guatemala, días previos al enfrentamiento se observaban a los aficionados con sus camisolas, los medios de comunicación saturados de información sobre el choque y eso sin contar que muchos acampaban para tener un buen lugar en el antiguamente llamado estado Mateo Flores.

En lo personal no pude ver esa expectativa en los choques de Cremas y Rojos, pero aún observé gran cantidad de nombres que pasaron por ambos equipos, por los que valía la pena pagar la entrada, además de ser testigo de grandes llenos en el coloso de la zona cinco y con las aficiones de ambos equipos.

Como aficionado del futbol era un placer ver a un Juan Carlos Plata, Carlos Ruiz, Guillermo Ramírez, Julio Girón, Mario Acevedo, Carlos González Germán Ruano, entre otros defendiendo los colores de los escarlatas y por el otro lado a un Rolando Fonseca, Martín Machón, Mauricio Wright, Mauricio Solís, Milton Núñez, Diego Latorre y muchos nombres más que destacaron en ambos conjuntos.

Lamentablemente conforme pasaron los años los nombres de jugadores fueron bajando, el nivel futbolístico también y junto a esto la afición guatemalteca perdió el interés de años anteriores. Ahora muchos no saben cuando se juega un clásico nacional y esto mismo ha causado que se pierda la identidad, por lo que la prioridad se ha vuelto el futbol europeo.

Una muestra de esto es que en los actuales planteles se pueden ver pocos jugadores de renombre, en Comunicaciones probablemente destaquen elementos como José Calderón y José Contreras, pero no como en años anteriores en donde no solamente había figuras guatemaltecas, sino también extranjeras.

Como guatemalteco espero que el Clásico Nacional recupere su esencia y protagonismo, que nuevamente vuelva a llamar la atención de la afición, pero esto no solo es tarea de las personas, también de los dirigentes que deben esforzarse en invertir, para subir el nivel futbolístico y también en no pesar en sus propios intereses contratando futbolistas que no son conocidos en nuestro medio.