Pablo Arboine volvió a vestirse de morado, volvió a la titularidad y volvió a sentirse importante. Pero detrás de ese regreso hay una historia de decisiones técnicas, silencios internos y un exilio deportivo que el defensor central de 27 años finalmente decidió contar. El protagonista indirecto: José Giacone.
Cuando el estratega argentino asumió las riendas del Deportivo Saprissa, una de sus primeras determinaciones fue tajante: no contar más con Arboine. Sin darle mayores explicaciones al entorno, lo borró por completo del equipo. Aquel giro inesperado obligó al zaguero a salir a préstamo al Sporting FC, donde buscó continuidad en medio del desconcierto.
Ahora, con Paulo Wanchope en el banquillo tibaseño, Arboine no solo volvió a ser considerado, sino que se ha ganado minutos valiosos, incluyendo titularidades en la Copa Centroamericana. Y fue en este contexto donde el defensor rompió el silencio y se refirió sin rodeos a lo que vivió bajo el mando de Giacone.
¿Qué reveló Arboine sobre su salida de Saprissa?
“Fue un tema de gustos del técnico que estaba en ese momento. Lo platiqué con la directiva y lo mejor para ese momento fue salir y buscar regularidad”, declaró Arboine a la prensa tras su retorno a la competición internacional.
Sus palabras, aunque diplomáticas, dejan claro que su salida no fue por bajo rendimiento ni por temas disciplinarios, sino por una decisión técnica que nunca fue del todo explicada. El defensor insistió en que el tiempo le dio la razón: “Hoy vuelvo a tener el nivel que me caracterizó”.
Además, aprovechó para destacar el ambiente actual en el camerino morado, con un mensaje que podría interpretarse como una comparación con etapas anteriores: “Ahora hay un gran camerino, un gran grupo. Hoy se ve reflejado en donde el que entra hace un buen partido”.
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El renacer de Arboine con Saprissa no solo evidencia su resiliencia, sino que también expone una situación poco conocida durante la gestión de Giacone. En silencio, el defensor esperó su momento, trabajó y ahora responde en la cancha. Y aunque no lo diga abiertamente, el trasfondo es claro: el fútbol le dio la revancha, y a Giacone, una respuesta que quizás no esperaba.
