Los partidos de eliminatorias en Honduras siempre se vivieron con mucha pasión, eso caracterizó siempre a los aficionados de la Bicolor. Ha quedado demostrado que generan una fuerte presión a los rivales y a los árbitros. Lo que no se sabía era que algunos protagonistas confesaron que temieron por su vida al dirigir un encuentro de la selección contra otro país centroamericano. Así es lo que aseguró un referí mexicano en una entrevista.

Marcos Rodríguez, conocido también como Chiquimarco o Chiquidrácula, confesó en una nota con Maldini lo mal que la pasó al dirigir Honduras vs Costa Rica en el 2009. "Sentí que había un espíritu de muerte alrededor del partido", comentó y recordó el polémico gol que le anuló a los catrachos al principio del encuentro. La pelota había ingresado por el medio del arco, pero antes de la jugada le habían pegado a Keylor Navas y le estaba sangrando la nariz. Después de todos los festejos de la gente, el juez decidió anular la anotación y se ganó el repudio de todos.

Pero no quedó ahí, Chiquimarco acusó a Salvador Nasralla de ponder en riesgo su vida: "El comentarista dijo 'si anulan este gol, le digo dónde está el árbitro'. Aseguró que me iba a matar y que no iba a salir vivo de Honduras si no cobraba el gol". Contó que esas declaraciones fueron replicadas por los aficionados en las tribunas y temió seriamente por su vida durante el encuentro. Cada vez que amonestaba a un jugador hondureño la gente se enojaba más aún y se lo hacían saber con insultos.

Con el pasar de los minutos, Honduras empezó a mostrar su supremacía ante los Ticos y se formó la goleada. Llegaban los goles y el árbitro agradecía el gran rendimiento de los catrachos.  El público dejó de insultarlo a él y se enfocaron en festejar los goles de su seleccionado. La polémica con la que había arrancado el partido parecía haberse terminado y pocos se acordaban del odio hacía él. Recién cuando tuvo que salir hacía el vestuario empezaron a agredirlo de nuevo.

Para finalizar, contó como fue la salida desde el aeropuerto: "Había dos o tres grupitos insultandónos, pero se nos acercan unas personas y me abrazan. Mientras estaba con el bording pass me dijeron que estuvieron pidiendo a Dios por mí y me tranquilice". El mexicano comentó que no entendía como toda esta "Batalla de Honduras", terminó de esa manera. Admitió no tenerle rencor a los aficionados hondureños, pero si sigue enojado con las declaraciones peligrosas de Nasralla.