Ayer, el Saprissa logró obtener la liga número 35 en toda su historia y se aleja como el equipo que más campeonatos nacionales ganó en Costa Rica. Cortó una racha de 2 años sin poder ganarla y con la particularidad de que venció al Alajuelense en la final. Fueron muy superiores durante la fase regular, terminaron repitiendo ese dominio en los playoffs al golear al Cartaginés y venciendo al clásico rival en ambos encuentros.

Todo esto se dio en un contexto muy extraño como es el regreso de la actividad en plena pandemia. No hubo público en las gradas y los festejos debieron ser respetando el distanciamiento social recomendado por los especialistas de la salud. Pese a todo este protocolo, el retiro de medallas y trofeos se tenía que mantener igual, pero los Manudos decidieron no respetar esto.

Para los que desconocen el procedimiento, en la Liga Promérica el que pierde la final debe salir a recibir las medallas y el trofeo por el segundo puesto. Pese al coronavirus, esto debía mantenerse igual. Pero los jugadores de la Liga decidieron no regresar al campo de juego y se quedaron en el vestuario.  Solo fueron a retirarlo Andres Carevic, Fernando Ocampo y Junior Díaz. Un gesto bastante deshonroso por parte de los protagonistas.

La excusa que terminó dando el club fue que respetaron el protocolo que había establecido la Unafut y que por ese motivo no salieron los jugadores a retirar el trofeo. Pero la misma organización terminó comunicando que esto no era así y que no hacía falta que vaya toda la plantilla, pero si debían ir la mayoria de los integrantes para mostrar respeto por el puesto conseguido.

Otro accionar bastante criticable es que los profesionales no fueron a la zona mixta para hablar con los periodistas. Esto si está estipulado que deben hacer ambos equipos y decidieron evitarlo dejando a los trabajadores de prensa esperándolos. Reacciones que no representan lo grande que es Alajuelense y lo dejan mal parados.