El técnico salvadoreño Erick Acuña Júbis volvió a ser oficialmente habilitado para ejercer como entrenador de la Selección Femenina de El Salvador, luego de cumplir una sanción disciplinaria de tres meses impuesta por la Fesfut, que concluyó el 24 de julio según la comunicación oficial. A partir de entonces, está autorizado para regresar al mando del equipo.
La sanción fue aplicada tras un incidente ocurrido el 3 de abril durante el Premundial Sub-17 de Concacaf en Trinidad y Tobago, en el que Acuña fue acusado de haber ejercido una violación al espacio personal de una jugadora, sin violencia física ni verbal. La resolución oficial incluyó también una multa de $1,000, aunque posteriormente el entrenador aseguró que su nombre quedó “limpio”, sin responsabilidades por agresión directa.
Desde ese momento, la Fesfut asignó la dirección interina a Hugo Escobar, afectando la continuidad del proyecto que Acuña había diseñado para potenciar el fútbol femenino nacional. La ausencia del DT también coincidió con tres ventanas FIFA sin partidos oficiales para la Selecta Femenina, lo que compromete su preparación con miras a la Eliminatoria Mundialista.
Eric Acuña de regreso con El Salvador
Con la sanción ya cumplida, Acuña planea retomar la planificación estratégica a largo plazo que había adelantado antes de su separación: un ambicioso proyecto de diez años enfocado en desarrollo estructural, competitividad y formación de talento femenino desde la base.

La reactivación del técnico llega en un momento clave: la Concacaf anunció el inicio de las Eliminatorias Mundialistas femeninas para octubre, y desde entonces hasta principios de 2026 habrá cuatro ventanas de competencia. La figura de Acuña resulta fundamental para consolidar el equipo en esta fase decisiva.
La afición y el cuerpo técnico confían en que, bajo su dirección, el plantel recupere claridad táctica y confianza. El regreso de Acuña fortalecerá la estructura emocional del equipo y permitirá retomar la integración de jugadoras que quedaron fuera por falta de continuidad en el proyecto técnico.
De cara al futuro inmediato, Acuña tiene por delante dos tareas urgentes: reactivar el ritmo de competencia al frente de la Selecta Femenina y ejecutar su plan progresivo de largo plazo. Su retorno representa la posibilidad de retomar un ciclo con visión renovada, rumbo a torneos continentales y a la aspiración de clasificar a un Mundial.