Cuando arranque el Mundial de Rusia 2018, ya se sabrá qué país –o países- albergarán la fiesta planetaria que sucederá a Qatar 2022, donde Marruecos es protagonista y jugará sus fichas ante los gigantes de Centro América.

Será la quinta vez que un país africano postule a ser sede de la Copa Mundial de la FIFA, con sólo un Mundial realizado en el continente negro en 2010 en Sudáfrica.

Esta vez es Marruecos, país que es la puerta de entrada a África desde Europa y que cuenta con una diversidad cultural y religiosa tremenda, pues, conviven en armonía el cristianismo, el judaísmo y el musulmán.

Su territorio es de casi 711 mil km2 y una población de 35 millones de habitantes que tienen como idioma oficial el árabe y el amazigh, pero, dicen que por su cercanía con España y Francia, muchos dominan el español y el francés, además, del idioma universal que es el inglés.

En Marruecos gobierna el rey Mohamed VI, quién ejerce como Jefe de Estado y es el responsable de designar al Jefe de Gobierno, que a su vez, es elegido por elecciones legislativas, como buena monarquía parlamentaria que es.

Marruecos cuenta con una oferta turística amplia, en particular en las ciudades de Marrakech y Casablanca, dónde se mezcla lo antiguo y lo moderno, sus bazares y comercios con centros de convenciones y exposiciones de primera generación.

En lo futbolístico, Marruecos, fue la primera selección africana en participar de una Copa del Mundo en 1970 y también la primera en pasar a segunda fase en 1970.