A pocos días del arranque del Torneo de Apertura 2025, Liga Deportiva Alajuelense celebra una victoria que no se dio en la cancha, pero que tendrá un enorme impacto en el terreno de juego.
¿Cuál es la buena noticia que recibió Alajuelense?
Los rojinegros podrán disputar la primera jornada del campeonato en su casa, el estadio Alejandro Morera Soto, revirtiendo así una sanción que amenazaba con alejarlos de su afición.
El técnico Óscar Ramírez y su equipo podrán contar con la energía de la catedral rojinegra desde el arranque, gracias a una gestión legal precisa y estratégica, que dejó incluso a rivales como Herediano sorprendidos por el desenlace.
El castigo que parecía inevitable
Tras una sanción anterior que imponía cuatro partidos de veto de estadio, todo indicaba que La Liga arrancaría el torneo lejos de su gente. Pero la dirigencia rojinegra no se quedó de brazos cruzados y encontró una ventana legal para cambiar el panorama completamente.

Alajuelense volverá a jugar con su gente en su estadio.
La jugada maestra legal
El directivo León Weinstok, junto con el equipo legal del club, presentó un Recurso de Revisión basado en el principio de “lex mitior”, que establece que si una nueva norma es más benigna que la anterior, puede aplicarse retroactivamente. Este principio, reconocido por instancias como el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y el Código Disciplinario de la FIFA, fue la clave para que Alajuelense reclamara la aplicación del nuevo reglamento disciplinario aprobado por la FCRF y Unafut.
La normativa actual elimina el castigo de veto de estadio y lo sustituye por reducciones de aforo, lo que permitió que el castigo fuera modificado sin necesidad de apelar el fondo del caso.

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¿Cómo se aplicará la sanción?
Gracias a esta exitosa gestión, Alajuelense podrá jugar sus partidos de local desde la jornada 1, aunque con limitaciones en el aforo:
- 50% de capacidad ante Guadalupe, Herediano y Cartaginés.
- 20% de reducción ante Liberia.
Un castigo que parecía lapidario terminó siendo administrable, sin pérdida de localía ni desconexión con la afición.