Nicaragua pisa cada vez más fuerte entre las selecciones nacionales de Concacaf y, con este logro, puede pararse de frente a otras que antes miraba desde abajo. Ya no tiene a Costa Rica, Honduras y Panamá a una distancia inalcanzable.
Los futbolistas nicaragüenses han ganado valor de mercado en los últimos años, por lo que bien merecido tiene este reconocimiento La Pinolera. No es un dato despreciable, menos aún si se considera la cercanía con nuevas obligaciones.
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En la actualidad, cuatro jugadores nicas están en Europa: Ariagner Smith en Panevezys de Lituania, Jacob Montes en el RWD de Bélgica, Renato Punyet en IR de Islandia, y Armando Goufas en el Apollon de Grecia. Todo un logro.
Desde 2015 hasta la fecha, se ha logrado una verdadera transformación que le llevó años a los futbolistas y las autoridades, pero dio sus frutos. También se dio el arribo de uno al mercado de Sudamérica. Se trata de Édgar Castillo, quien se fue hacia el Deportivo Llacuabamba de Perú. El delantero ya pasó la revisión.
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Aún se aguarda por Matías Belli, uno de los futbolistas que disputaron la mayoría del ciclo encabezado por Marco Antonio Figueroa. Oriundo de España, radicado en Noruega, y nacionalizado nicaragüense, se afirmó bien en el mediocampo.
Su técnica y su capacidad física lo hicieron clave para sumar puntos a Belli, quien actualmente se encuentra sin club y sin entrenar. Le reconoció a Figueroa estar fuera de estado y no tener actividad suficiente para afrontar estos desafíos.
