Yan Maciel, el mediocampista brasileño que fue clave en la histórica final de la Liga Concacaf 2022, donde Olimpia de Honduras venció a Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica y que su actuación dominante en aquel duelo lo convirtió en uno de los villanos más recordados por la afición manuda. Hoy, el destino le abre una nueva puerta en Centroamérica: está muy cerca de convertirse en nuevo refuerzo del Club Deportivo FAS de El Salvador.
Maciel, un volante mixto con temple y visión de juego, fue pieza fundamental en el engranaje del Olimpia que conquistó el título continental ante los manudos. Su capacidad para recuperar balones y generar juego desde el mediocampo fue vital para contener al poderoso ataque rojinegro. Aquel partido no solo lo elevó como figura, sino que también lo catapultó como uno de los extranjeros más eficientes del torneo. Desde entonces, su nombre ha sido sinónimo de eficacia y carácter en partidos de alta exigencia.
El nuevo de equipo de Yan Maciel
Ahora, el brasileño de 28 años estaría listo para asumir un nuevo reto en la Primera División salvadoreña. FAS, el equipo más laureado de El Salvador, busca reforzar su plantilla de cara al Apertura 2025 y ve en Maciel al hombre ideal para liderar el mediocampo. La directiva tigrilla ya tendría avanzadas las negociaciones con el jugador, quien ve con buenos ojos continuar su carrera en una liga competitiva y con aspiraciones internacionales.
El posible fichaje de Yan Maciel ha generado expectativa en la afición felina, que sueña con volver a la cima del fútbol nacional e internacional. Su experiencia en torneos de Concacaf, combinada con su estilo aguerrido, podría ser un factor determinante para un club que quiere recuperar protagonismo. Además, su llegada aportaría jerarquía a un vestuario que necesita liderazgo en momentos clave del campeonato.
De confirmar su llegada, Maciel se reencontraría con el ambiente centroamericano, donde ya demostró que puede brillar en los escenarios más exigentes. Aquella noche de gloria con Olimpia ante Alajuelense quedará en la memoria, pero ahora el brasileño apunta a escribir un nuevo capítulo, esta vez vestido de azul y rojo, bajo la mirada expectante del Cuscatlán.
